La actividad física es cualquier acción que implique el movimiento del cuerpo. Incluye situaciones cotidianas, juegos físicamente activos y también deportes y ejercicio organizado. Esta se puede desarrollar en tres intensidades:
Ligera: puede ser dar un paseo, tocar un instrumento musical o ponerse de pie para pintar en un caballete.
Moderada: hace que los niños respiren y resoplen suavemente, como por ejemplo caminar rápido, bailar, saltar o nadar.
Vigorosa: hace que los niños respiren de manera más intensa llegando a jadear, resoplar y sudar, como puede ser al andar en bicicleta o jugar futbol.
El juego enérgico es una forma natural para que los niños se muevan y estén activos. Por ejemplo, los bebés se mecen y patean, mientras que los niños mayores corren, saltan, giran, patean, lanzan, bailan al ritmo de la música o juegan en el equipo del patio de recreo.
¿Por qué es importante la actividad física para los niños?
La actividad física es vital para la salud, el bienestar y el desarrollo de las y los niños.
En cuanto a la salud, sus principales beneficios se pueden agrupar en:
- Fortalecimiento de los huesos, músculos, corazón y pulmones.
- Mejora en la coordinación, el equilibrio, la postura y la flexibilidad.
- Desarrollo de la motricidad fina y gruesa, contribuyendo directamente en el proceso de escritura.
- Ayuda a los niños a mantener un peso saludable.
- Reduce el riesgo de los niños de contraer enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes tipo 2 en el futuro.
El bienestar emocional también aumenta al realizar ejercicio y sus principales beneficios son:
- Aumento de la confianza y sentido de pertenencia.
- Mejora de la calidad del sueño.
- Aumento de los periodos de concentración y atención.
- Fortalecimiento de la interacción con otros, respetando la diversidad y valorando la amistad.
- Consolidación progresiva de la sana convivencia al compartir, tomar turnos y cooperar.
En Nivel Medio Mayor las educadoras planifican experiencias en los distintos momentos de la jornada cubriendo la necesidad de movimiento de las y los niños.
Esto potencia habilidades, actitudes y conocimientos que le permitan a los y las estudiantes reconocer y descubrir sus posibilidades motrices. Lo anterior promueve el desarrollo de la autonomía y contribuye a expandir los procesos del pensamiento – debido a que está directamente relacionado con el proceso global de aprendizaje -, fortaleciendo la identidad y expresando su creatividad.
Siendo el juego y la actividad física, una pieza fundamental en el desarrollo de niños y niñas, la oportunidad de relacionarse con un grupo de pares, guiados por un adulto especializado, conlleva los beneficios asociados al bienestar del niño activo.